El proyecto
Pero también hubo tiempo para ponernos serios y poderle preguntar a Álvaro sobre su estudio, sobre las Pet Lamp y sobre cómo empezó todo. Nos cuenta que a raíz de aquel viaje del 2011 a Colombia, y preocupados por la contaminación de la Amazonia, le invitaron como diseñador industrial a dar su punto de vista y se dio cuenta de que la contaminación generada por estas botellas de plástico es un problema que nos afectaba a todos a nivel mundial.
Como respuesta a ese problema surgió este proyecto, una mezcla entre diseño y reciclaje, que no sólo ha acaparado todas las miradas sino también infinidad de premios. Su idea, en definitiva, fue convertir un objeto con una esperanza de vida muy corta y específica, en un producto de diseño como una lámpara.
Pero además de la componente medioambiental, también tiene uno marcadamente social, que tiene que ver con la recuperación del trabajo artesanal de los habitantes de la región del Cauca, desplazados de sus territorios y modo de vida por la guerrilla colombiana. Son ellos los que fabrican artesanalmente las Pet Lamps, trenzando con sus propias manos la paja y el plástico de las botellas que se reciclan.
El método de trabajo es el siguiente: las botellas se cortan en tiras, sirviendo así como estructura sobre la que poder tejer las fibras naturales, el material con el que suelen trabajar estos artesanos, y que tiñen con pigmentos naturales para lograr esos colores tan llamativos. De esta forma Álvaro fija el diseño y la forma de cada lámpara, y cada artesano aporta el color y el tipo de trenzado. El resultado, como ya sabéis, simplemente espectacular.
Tal es su afán por evolucionar y seguir diseñando, que después de las Pet Lamp de Colombia nos sorprende con una colaboración con los artesanos autóctonos de Chile y de Etiopía, cada una con su propio sello de identidad.
Y ahora nos preguntamos, ¿de dónde serán las siguientes, Álvaro?